“Si yo fuese
un libro querría despertar sentimientos dormidos, pasiones, emociones y sonrisas
francas. Querría lectores cómplices, pensantes y críticos, aventureros y
soñadores. Poco me importaría la portada, preferiría tapas y hojas gastadas de
muchas almas lectoras bien marcadas. Querría ser de los que atrapan, de los que
envuelven y no te dejan. Esos que hacen querer llegar al final y cuando se
llega, soñar con un poco más. Si yo fuese un libro me gustaría que nunca me
dejaras de leer...”